ABANDONÓ LA SOLTERÍA

Como la mayoría de las mujeres que nacimos en mi generación, nací con afán de conformar pareja… tuve varios noviecillos por ahí, pero sin duda,, si usted quería una novia eterna, esa era yo… noviazgos de 10 años y con fidelidad de cuerpo… jajaja.. no de mente.
En fin, un día, vi cristalizada la decisión de conformar pareja conviviendo bajo el mismo techo con mi amado novio (hasta ese momento)… qué alegría tan tremenda, todo se vuelve preparativos, anillos, cena para la entrega… y se fue acercando el día y a mí me empezó a entrar el nervio, la duda, la pensadera “caramba que voy a hacer?,”. No falta la amiga que te dice “pendeja!!! no te vas a arrepentir a última hora!!!” y una pensando y por qué no!!!! si estoy cagada del susto y surge ese sentimiento de que uno es mala gente, que pobrecito el otro… sin embargo no es así, lo que pasa es que a los preparativos, se le van sumando cositas como… “hayy y quien me va a planchar la ropa, me toca lavar los baños a mi sola, cuanta plata debo poner para el presupuesto”... eso asusta a cualquiera.
Y el día llegó… y la pareja se ubicó en su nuevo hogar y ahí te das cuenta, que estas metida en una cosa grande, muy grande, importante, que estás dispuesta a defender hasta con las uñas y te acuerdas del capítulo de mujeres asesinas, cuando la señora mata al esposo maltratador, lo pica y lo vende en aquellas empanadas… y dices….fuera pensamiento de mi cabeza! jajajaja, pero la entiendo!!!!
Te das cuenta que nunca más estarás sola… literal… y yo amo la soledad. Nunca más volverás a tener la cama para ti nada más, el control del televisor se pierde, te vuelves experta en la programación de la liga águila, el automovilismo, el tour de france, los noticieros y las series de Netflix, tus pijamas de vaquitas, que tanto amas se archivan... y ahora tienes esposo, uno de esos que no encuentra nada en su propia casa… literal y ahora son dos y a veces quieres ser otra vez tu sola… pero esa idea, antes mágica ya te asusta, porque como todas las mujeres de mi generación, también crecí con el “y fueron felices por siempre”, como en los cuentos de hadas.
Habrá lectores que digan, que estoy loca, que la convivencia no era para mí, pero lo que yo les puedo decir a todas y a todos, es que cuando uno decide unir su vida a alguien (sin importar el modo en que lo haga), lo que nos muestran en los programas de tv, es mentira, lo real es lo que les cuento, no fantasear, no suspirar, lo verdadero es buscar estrategias, para que todo eso que te preocupa, para que todas las renuncias a las que hay que enfrentarse realmente fortalezcan el hogar que has decidido construir… y yo estoy en eso.
Autor: Maria Camila Woolf

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